Coleccionable Chaplin: "La quimera del oro", la búsqueda de la riqueza personal
Lunes, 3 de Agosto de 2009
Querido Teo:
Si hay una película que convierte a Chaplin de artista a genio esa es “La quimera del oro”, que si bien originalmente se inspiraba en la tragedia de la sociedad de Donner en su marcha a California, después terminaría siendo un reflejo de los buscadores de oro hacia Alaska. Pero su primera idea no sería descartada del todo, siendo aprovechada para rodar una de las escenas más recordadas y que mejor definen a Charlot. Así lo dice Chaplin en sus memorias: “Leí un libro sobre la expedición Donner, que, camino de California, equivocó la ruta, quedando bloqueada por la nieve en las montañas de Sierra Nevada. De ciento sesenta pioneros sólo sobrevivieron dieciocho; la mayoría de ellos perecieron de hambre y de frío. Algunos practicaron el canibalismo, comiéndose a los muertos; otros asaron sus botas para apaciguar el hambre. De aquella horripilante tragedia concebí una de las escenas más graciosas de la película. Sintiendo un hambre espantosa, hiervo mi bota y me la como, chupando los clavos como si fueran huesos de un delicioso capón, y devorando los cordones como si fueran espaguetis. En este delirio del hambre, mi socio está convencido de que soy un pollo y quiere comerme.”
Chaplin se rodeó de un gran equipo, como siempre que dirigía un proyecto ambicioso, que contaría con Chuck Riesner y d´Abbadie d´Arrast como directores adjuntos y con Mack Swain, uno de sus antiguos compañeros de la Keystone que aquí se encargaría de dar vida al grandullón socio de Chaplin en busca del oro. Edna Purviance había iniciado una carrera paralela y, por ello, Chaplin renunció a ella y eligió a una joven desconocida de dieciséis años con un gran erotismo bañado con un aire ingenuo. Su nombre era Lita Grey.
No era la primera vez que esta chica entraba en contacto con Chaplin. Según dice Lita en sus memorias su primer encuentro con Chaplin fue cuando ella tenía seis años. Charlie comenzaba a despuntar y la madre de Lita regaló a ésta por su cumpleaños un viaje a Hollywood para conocerlo. Éste le dedicaría unas buenas palabras cuando la conoce en un restaurante, pero lo que él no sabía es que Lita parecía tener fijación con él y volvería a cruzarse en su camino cuando por intermediación de Chuck Riesner, ayudante de dirección de Chaplin y amigo de la familia de Lita, sugiere a Chaplin que le de a ésta el papel de ángel seductor en "El chico". Así fue e incluso nuestro artista tuvo un enfrentamiento con ella cuando la descubrió en su camerino. Por ese momento tenía doce años y la madre de Lita bien se encargaba de estar presente en todo momento en el set de rodaje bien para protegerla o bien para alabar sus virtudes frente a cualquiera que con ella se cruzara.
Cegada por los focos de Hollywood, durante los cuatro años siguientes, Lita se prepara concienzudamente como actriz en una escuela de arte dramático y danza. Cuando llega a sus oídos que Chaplin está buscando a la protagonista femenina de “La quimera del oro” se presenta a las pruebas. Chaplin se queda encantado con ella a pesar de las diferentes opiniones de sus colaboradores. Todo estaba listo para comenzar. Las filmaciones en la cabaña se realizarían en el Estudio pero para los exteriores de los campos nevados el equipo se desplazó a las montañas de Nevada, por supuesto, con Lita Grey y su inseparable madre.
Allí Chaplin es coreado por los extras, vagabundos propios de la zona que aplauden al genio que les ha dado distinción en pantalla. Se filman miles de metros y el rodaje se prolongaría durante varios meses, tiempo que aprovechó Chaplin para dar pasos en su relación con Lita. El romance entre ellos es conocido por los miembros del equipo, cosa que ya se intuía desde que Chaplin se quedó prendado con ella en la audición, pero se intenta evitar que salte a la opinión pública, teniendo en cuenta que escándalos como esos eran los favoritos de los mentideros de Hollywood y carnaza para el paparazzo más atento.
Fue en un fin de semana en su casa, a la que Chaplin había invitado a todo el equipo, cuando la madre de Lita pilló en pleno acto pasional a Chaplin con Lita. Descubierto el pastel, y al estilo de quiebro chaplinesco, todo se descubrió. Lita estaba embarazada y era necesaria una boda rápida, cosa que se produce el 31 de Octubre de 1924. Ante lo avanzado de su estado, y el largo rodaje de la película, Lita tuvo que abandonar la producción y recluirse en su casa para evitar el escándalo. La película fue rehecha y Georgia Hale, vista por Chaplin en “Cazadores de almas” de Josef Von Sternberg, sería su sustituta.
La vida privada de Chaplin pasó a ser sumamente cautelosa con una Lita que, según la versión oficial, había abandonado el rodaje para ocuparse de las tareas del hogar. El 5 de Mayo de 1925 nacía un niño que fue ocultado para evitar el escándalo del embarazo de Lita antes del matrimonio. Un médico, pagado previamente, certificó que el niño había nacido el 28 de Junio.
A pesar de su mensaje final optimista, “La quimera del oro” es una fina mirada a la soledad y a la búsqueda de compañía. Aquí tenemos a un hombrecillo con aire bufonesco que se ha trasladado a Alaska en busca de la oportunidad de conseguir el oro aunque él realmente lo que quiera conseguir es otro tipo de riqueza humana como el amor y la comprensión.
Chaplin está realmente inspirado en una película bufa en su primera mitad, romántica en la segunda e interiormente nostálgica en casi todo su metraje. Un buen puñado de escenas quedan para el imaginario colectivo y la dejan como uno de los títulos más redondos de Chaplin. Desde la escena en que se da un banquete con sus propias botas separando meticulosamente a ritmo de vals (como si fueran las espinas de un pescado) los clavos del calzado y engullendo los cordones como jugosas tiras de espagueti, hasta el baile de los panecillos, en el que además de reflejar su alegría ante la compañía femenina que recibe, demuestra que la imaginación y el ingenio pueden ayudar a olvidar el hambre. Por último, la secuencia de la cabaña al borde del abismo es una digna precursora del mejor cine de suspense con una coreografía muy lograda, en este caso con el fin de salvar la vida.
La película fue estrenada con éxito el 26 de Junio de 1925 y ese fue el punto de inflexión con el que Chaplin ya alcanzó la vitola de genio. Y eso que para muchos todavía quedaba lo mejor de su carrera. Tan valorada era incluso para el propio autor, que dijo en más de una ocasión que le gustaría que fuera “La quimera del oro” la película por la que fuera recordado, que en 1942 llevó a cabo una revisión en la que hizo uso de su propia voz para narrar algunas de las secuencias, añadiendo sonido y cambiando de 18 a 24 fotogramas por segundo para hacer más ágil el gag. Chaplin era un perfeccionista pero poco pudo mejorar el resultado final de “La quimera del oro” con la nueva versión teniendo en cuenta que era esta la cinta con la que alcanzó la genialidad.